Érase una vez una
niña que se llamaba Mireia, que tenía un amigo unicornio, llamado Lucas. La
niña y el unicornio, eran muy amigos, pero en su país, estaba prohibido tener
amigos con cuernos.
Pasaron los días,
las semanas, los meses, los años… Y Lucas y Mireia tenían que verse en secreto,
pero una noche Mireia vio una estrella fugaz y le pidió un deseo.
‘Quiero
ser un unicornio’
A la mañana
siguiente, Mireia, era un unicornio. Se fue a buscar a Lucas, y cuando este vio
que su amiga ahora era de su especie, se puso muy contento porque por fin
podrían ser amigos.
Y fueron felices y
comieron comida de unicornio.


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